Cuando mi tío me pidió que le hiciera unos cupcakes para una oficina empecé a pensar en ordenadores, teléfonos, agendas, …. vamos, lo típico. Lo raro es que también quería otros cupcakes de animales para ese mismo día. Yo supuse que era un regalo para un niño o una niña. Resulta que también iban para la misma oficina, según me dijo: «Es que a una le gusta el perro, a otra el gato,…». (más…)